Torre Baró, la Barcelona olvidada

Desembre 30, 2007

TORRE BARÓ
LUIS CALDEIRO

Un nuevo y llamativo fenómeno recorre Catalunya: las Platafor¬mas Vecinales. Nacen al calor de conflictos donde parece repetirse un mismo esquema (proyectos ur¬banísticos de reforma de barrios, que incluyen expropiaciones y consiguiente realojo de los veci¬nos expropiados), y se oponen no sólo a las políticas del Ayunta¬miento sino que a menudo chocan con la gestión de las Asociaciones de Vecinos tradicionales. Son, sin embargo, un fenómeno diverso: junto a Plataformas que respon¬den a intereses meramente par¬ticulares o espurios, las hay que surgen como consecuencia na¬tural de una mala (o inexistente) defensa de los intereses vecinales por parte de las asociaciones de toda la vida.

Las Plataformas merecieron que un rotativo como El País, en su edición del 4 de noviembre, les dedicara un amplio reportaje. Bajo el título de “La Barcelona que pro¬testa”, analizaba varios de estos movimientos reivindicativos, y en¬tre ellos uno al que definía como “Lucha solitaria contra las expro¬piaciones en Torre Baró”. Lucha que lleva adelante la Asociación de Propietarios Afectados “U de Nou” de Torre Baró.

Pero antes de empezar… ¿Qué es Torre Baró? La pregunta no es ociosa, pues pocos barceloneses sabrían localizar a este barrio en el mapa. Una ignorancia y olvido que, dadas las circunstancias, jue¬gan en su contra: Ya se sabe que lo que no se conoce, no existe. Porque estamos hablando de un barrio de montaña, situado en las faldas de Collserola, disperso, na¬cido con la inmigración de los años 50 y 60, que se instaló en casas autoconstruidas, sin permiso de edificabilidad, sin control ni planifi¬cación. Un barrio que, en opinión de Xavier Moreno, miembro de “U de Nou”, está “prácticamente extin¬guido”: “Se trata de menos de dos mil personas, muchas de ellas gen¬te mayor, de los cinco mil y pico de habitantes que llegó a tener hace diez años”. Olvido, despoblación, envejecimiento, difícil orografía: una combinación explosiva.

El primer Plan Especial de Re¬forma Interior (PERI) arranca de 1984, posteriormente modificado por el del 2003. Antonio Torrico, presidente de la Asociación de Vecinos en el período 2000-2004, es un testimonio importante, no sólo por haber negociado el último PERI, sino porque la asociación que presidió en su día está hoy prácticamente inactiva, desapa¬recida. Lógicamente, es un firme defensor del PERI, pues para él constituye un “proyecto global de barrio”, que soluciona las caren¬cias históricas que siempre ha te¬nido: “Establece una centralidad, algo muy necesario en un barrio de montaña, tan disperso como el nuestro”, recalca. “Esa centra¬lidad, con todos sus comercios y servicios, debía situarse, como es natural, en la parte baja, mejor co¬municada. Es decir: en Ciutat Me¬ridiana”. “Además” -explica- “me¬jora las comunicaciones del barrio con su entorno -Ciutat Meridiana, Vallbona-, con la sierra de Collse¬rola y finalmente consigo mismo: establece una vía transversal (el llamado “Camino de Ronda”), que corta las calles del barrio, que descienden en paralelo de la mon¬taña. Se facilita así el paseo y la comunicación”.
El conflicto de la expropiación
Pero para todo ello hay que afectar y expropiar casas. Y, lógicamente, compensar a sus propietarios. Aquí es cuando comienza realmente el conflicto. “Las afectaciones son muchas, son arbitrarias y están muy diseminadas. Las hay en to¬dos lados: en la parte más baja, de valle, y en la zona más alta, de montaña”, denuncia Xavier More¬no. A ello, Antonio Torrico replica que el PERI del 84, donde se fija¬ron las afectaciones, “fue debatido y aprobado por un proceso asam¬bleario masivo, en el que participó todo el barrio”. Sin embargo, “U de Nou” reivindica “una moratoria del plan de expropiaciones; y poste¬riormente la creación de una comi¬sión mixta donde se sienten todas las partes y se busquen alternati¬vas”. “Así ocurrió en el barrio dels Tres Turons”-recuerdan-.”Quere¬mos igualdad de trato”.

Tampoco está de acuerdo en cómo se compensa y realoja a los expropiados: “El caso más fre¬cuente es que los vecinos sean realojados en el barrio, pero a gran distancia de donde vivían; habitualmente en zonas poco atractivas, al lado de grandes arte¬rias, con todo el ruido y la polución que ello conlleva. El PERI de 1984 era “más humano”: reubicaba a la gente no excesivamente lejos de su lugar de origen”. Luego están las compensaciones. A los afecta¬dos se les ofrece indemnización y la venta de un piso de protección oficial. Sólo que algunos juzgan pí¬rricas las indemnizaciones (entre 60 y 80.000 euros) frente al valor de los pisos (entre 144 y 157.000 euros). “Se dan casos de vecinos (sobre todo gente mayor), que por sus bajos ingresos no pue¬den afrontar estos precios. Y son realojados fuera del barrio, con el consiguiente desarraigo”. Precisa¬mente una de sus reivindicaciones es “que bajo ningún concepto los vecinos con un nivel adquisitivo más bajo sean abocados a aban¬donar Torre Baró”.

Frente a ello, el representante de “U de Nou” propone “una casa a cambio de una casa: No un piso. Hay terreno de sobra en el barrio para hacerlo”. Pero si no fuera posible, “que al menos no tengan que pagar un euro por su nuevo piso”. Antonio Torrico, coincide, por una vez, con Xavier More¬no (“no me parecen justas estas indemnizaciones. De hecho, du¬rante la negociación del PERI de 2003 se habló de que se indem¬nizara a precio del mercado de la zona”) pero señala que “no son el meollo de la cuestión del proble¬ma urbanístico en Torre Baró”. Y a continuación lanza duras críti¬cas contra esta asociación: “Está diciendo que se están afectando muchas viviendas, que el Ayun¬tamiento está comprando terreno para especular. Y eso es falso. A poco que se lea uno el PERI del 2003 se ve que no hay ninguna especulación municipal”. Xavier Moreno recoge el guante y se reafirma: “Sí, el Ajuntament está especulando. Terrenos que en su día adquirió con la finalidad de ha¬cer servicios y parques urbanos, ahora han sido recalificados como urbanizables para hacer viviendas a precio de mercado, en la zona baja del barrio”. Y da cifras: “en to¬tal acabarán construyéndose 800 nuevas viviendas, la inmensa ma¬yoría, a precio de mercado”.
Pérdida de calidad de vida
Para el antiguo líder vecinal, “U de Nou” está movilizando a los veci¬nos “pero sin un proyecto o idea general de barrio”. A lo que su an¬tagonista responde: “Un ‘proyec¬to de barrio’ no consiste en crear una ‘centralidad’ en la parte baja. La verdad, la pura verdad, es que con esta ‘centralidad’ se despoja a la gente de una casa en la zona de montaña, un lugar sano, con vistas, para concentrarla en pisos, en la parte más ruidosa y conta¬minada del barrio. En realidad se la concentra en la parte baja para dejar terreno libre para urbanizar en la parte alta. Es una pérdida de calidad de vida, y el barrio también pierde su identidad”. Finalmente, Antonio Torrico afirma que la nueva plataforma “sólo defiende intere¬ses personales, muy respetables, pero no los intereses colectivos del barrio, que era lo que defendíamos desde la Asociación de Vecinos”. Y Xavier Moreno contesta que “fui¬mos los únicos que publicamos una lista de más de trescientas familias afectadas por el PERI del 84 y que iban a ser ejecutadas de forma inminente. ¿Por qué no pu¬blicó ese listado la Asociación de Vecinos? Esas familias eran igno¬rantes de esta circunstancia, esta¬ban totalmente desinformadas. Ac¬tuar de esta manera no me parece defender a una minoría”.

Silencio municipal

Ramón García Bragado, actual Regidor de Urbanisme del Ajuntament de Barcelona, era Gerente del mismo área cuan¬do negoció el último PERI de Torre Baró. Quien esto escribe acordó entrevistarle vía correo electrónico. Y así, el día 8 de noviembre, le envió un cuestionario de once preguntas, con el ruego, eso sí, de que las contestara lo antes posible, pues debía entregar el artículo al día siguiente (9 de noviembre), para su publicación.

A día 15, aún seguíamos sin respuesta. Y aunque una funcio¬naria nos advirtió de que “el Regidor estaba muy ocupado con el asunto del AVE”, nos preguntamos: “¿De qué sirven entonces los asesores y secretarios de que disponen estos cargos?” “¿Nos hubieran respondido si nos llamáramos El País?”. O mejor aún: “¿Nos volverán a acusar de parcialidad por no incluir la opinión del Ajuntament?”

Carrer núm. 104 novembre-desembre de 2007

2 Respostes to “Torre Baró, la Barcelona olvidada”


  1. los vecinos de torre baro,de la parte alta no vamos a consentir la espropiacion´. tal como dicen que lo estan haciendo asta hora queremos que nos paguen el metro cudrado a precio actual del mercado ya que estos no sequiren marchar del barrio ni de barcelona.El daño que estan haciedo a muchos vecinos no se paga ni con todo el oro del mundo´{grcias¡.

  2. Xavier López Says:

    Es tremendamente vergonzoso que haga más de 25-26 años que la gente del barrio viva bajo la amenaza de que cualquier día les puedan venir a expropiar su vivienda, mientras se deciden o esperan a tener dinero desde el ayuntamiento para poder invertir y las persona que habitan este barrio y zonas afectadas, no puedan acondicionarse a la vida actual, y no puedan decidirse a acondicionar sus viviendas con temor a gastar sus ahorros en vano, puesto que ahí están las afectaciones terrenales y posibles expropiaciones futuras.


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